Inicio y consolidación de la revista Vuelta (1976-1998)
Ordenado el ejército según lo permitían la situación del lugar, la cuesta de la colina y la urgencia del tiempo [...] no era factible que un hombre solo pudiese socorrer a todos a un tiempo, ni dar providencias necesarias, ni mandarlo todo. Por lo cual, en concurrencia de cosas tan adversas, tenían que ser varios a proporción los sucesos de la fortuna. Julio César Comentarios de la guerra de las Galias
El 15 de mayo de 1967, desde Nueva Delhi, Octavio Paz terminaba de escribir una larga carta a Tomás Segovia: “creo que la revista es indispensable y que debe ser una revista de batalla.” Sus palabras eran parte de la amplia conversación sostenida entre los poetas sobre una revista literaria que pensaban realizar con Carlos Fuentes desde mediados de esa década y su significado no podía ser más preciso. Si la invitación a publicar una revista también puede leerse como “una revista es necesaria”, para Paz era no sólo necesaria, sino indispensable. Planeada durante largo tiempo, esta publicación nunca vio la luz y el poeta volvió a México algunos años después de su renuncia a la embajada de la India sin ver coronado su objetivo: editar una revista que funcionara como un diálogo crítico y cuyos rasgos había delineado años atrás cuando, vía epistolar, planteaba ante sus amigos la fisonomía de la publicación.
En aquella fecha Paz abordó un tema fundamental: en la nueva revista sería preciso establecer una distancia con otras revistas del pasado, como Revista de Occidente, Sur, Contemporáneos,Cruz y Raya, cuya función había sido abrir horizontes culturales para los lectores hispanoamericanos mediante la publicación de numerosos extranjeros. Por el contrario, pensaba el poeta, ahora “lo urgente es comunicarse entre nosotros” para así “poner en circulación la obra de los autores contemporáneos de nuestro idioma”. Sin embargo, advertía, era necesario acotar la palabra circulación a un “sistema de compresas y de filtros. Abierta para todo lo que sea vivo y nuevo, venga de donde viniere, y cerrada, difícil, enemiga de todo eclecticismo, compromiso y componenda”.
La publicación, cuyo origen y destino serían fundamentalmente literarios, abordaría también otros temas centrales: la historia y la política. Sobre éstos, decía el poeta en esa misma carta, “la revista debería esforzarse por realizar un examen, desde distintos puntos de vista, de la realidad hispanoamericana”, tratando de evitar “la actualidad politiquera y la elocuencia”…